![money1](http://img.pymesyautonomos.com/2013/04/money1.jpg)
Llegada esta situación se nos plantea una tarea compleja, especialmente si
se trata de una pequeña empresa, el hecho en cuestión viene de la mano de un
cliente de muchos años y se puede poner en peligro el futuro de la propia
relación comercial.
En estos casos, resulta muy conveniente la prudencia, ya que no soy
partidario de actuar con toda la artillería, dando la posibilidad de negociar
con nuestro cliente la ampliación de los plazos, la introducción de carencias,
o incluso realizar alguna quita, que sin lugar a dudas perjudica a nuestra
empresa, pero que presenta dos ventajas respecto a la reclamación ordinaria. La
mayor probabilidad de recuperar la cuenta, y en segundo, continuar con la
relación comercial (máxime cuando se trata de uno de los clientes que nos hace
la mayor parte de la facturación).
Evidentemente, la estrategia a seguir dependerá de
cada caso, ya que debemos tener la seguridad de que podemos confiar en nuestro
cliente, porque de no ser así, no tendría ninguna utilidad esta forma de
proceder, ya que podríamos introducirnos en un pozo sin fondo en el que
podríamos hundir la ‘salud financiera’ de nuestra empresa.
En Pymes y Autónomos
No hay comentarios:
Publicar un comentario