viernes, 9 de noviembre de 2012

El Gobierno aprueba el nuevo Contrato para la Formación y Aprendizaje y la Formación Profesional Dual

El Gobierno acaba de aprobar en el Consejo de Ministros el nuevo Contrato para la Formación y Aprendizaje y el modelo de Formación Profesional Dual. El objetivo del nuevo contrato es buscar una mayor formación y empleabilidad de los jóvenes mediante una doble vertiente, la laboral y la formativa, adaptar esa formación a las necesidades específicas de cada empresa y atender a los trabajadores sin cualificación.

La Formación Profesional Dual pretende, mediante un funcionamiento similar al sistema alemán, complementar la formación de los jóvenes en sus estudios de Formación Profesional con prácticas en empresas.

Nuevo Contrato de Formación y Aprendizaje


Este contrato podrá celebarse con jóvenes entre 16 y 30 años, su duración mínima será de seis meses y a partir de los 3 años se convertirá en indefinido ordinario. Durante el promer año el 25% de la jornada será de prácticas laborales, a partir del segundo este porcentaje será del 15%.

Si el contrato se firma con personas discapacitadas, la duración máxima será de hasta 4 años y el 25% del tiempo de trabajo efectivo podrá dedicarse a rehabilitación, habilitación o ajuste personal o social.

En el caso de que el contrato se formalice por parte de empresas con menos de 250 empleados estos contarán con una bonificación de la cuotas de la Seguridad Social del 100% y en el caso de las empresas de más 250 trabajadores se bonificará con el 75%.

En todos los casos, al final del misno, se obtendrá un certificado de profesionalidad o un título de Formación Profesional.

La Formación Profesional Dual


La formación profesional dual parte de la firma de un convenio de colaboración entre los centros de formación y las empresas para que los alumnos puedan realizar prácticas. Esas prácticas ocuparán el 33% de las horas de formación de la FP.

Los alumnos de la FP dual no tendrán un contrato laboral, no cobrarán sueldo ni cotizarán a la Seguridad Social ya que esas prácticas sólo tienen carácter formativo. Sin embargo se abre la posibilidad de que puedan percibir una beca que podría estar a cargo de la administración educativa, de la empresa, o ser compartida por ambas.

Los jóvenes que participen en estos programas podrán ser contratados posteriormente por esas mismas empresas mediante el nuevo Contrato para la Formación y Aprendizaje que hemos detallado antes. En otros países el 65 % de los alumnos que estudian FP dual acaban trabajando con contrato fijo en la misma empresa donde se han formado.

Más allá de la gran necesidad de adaptar la formación a las necesidades de las empresas y que estos sistemas pueden servir para ello, el principal problema de la economía española es que las empresas no necesitan contratar trabajadores, de hecho lo que buscan es reducir plantilla. Este intento de rebajar el paro juvenil puede quedar frenado por la contracción económica de nuestro país, que no supone un incentivo para la contratación.

La cuestión principal ahora mismo no es facilitar la contratación sino que la economía se dinamice, se recupere el consumo interno y las empresas aumente su actividad y necesiten más trabajadores. Por mucho que se intenten estos movimientos si por otro lado se aumentan los impuestos y se utiliza la actividad empresarial para financiar a una administración que luego es morosa con las propias empresas nada de ésto servirá para su objetivo.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Y si se estableciera una cuota superreducida para los autónomos que monten un negocio?


Supongamos que vivieramos en un país en el que su Gobierno pusiera en marcha una serie de medidas que favorecieran la creación de empresas. Que eso sirviera para para que la gente que tiene un proyecto no tuviera que hacer frente a una serie de gastos fijos antes de que su negocio produzca, para que esas nuevas empresas crearan empleo y, en definitiva, para dinamizar la economía nacional. Supongamos que una de esas medidas consistiera en que o los promotores de ese negocio tuvieran que pagar una cuota superreducida de autónomos durante un par de años, mientras el negocio no despega. ¿Qué pasaría?
Pongamos una cuota de unos 50 euros (similar a la del Reino Unido), que esa cuota por supuesto fuera voluntaria y que no diera más derechos que los mínimos, sólo a la asistencia sanitaria, sin cotización para la jubilación, ni para ninguna otra contingencia. ¿Sería tan mala idea?

Por lo pronto es posible que mucha gente que ahora mismo está trabajando en negro se diera de alta. También es más que probable que otros que no se atreven a dar el paso de emprender, por el coste que eso representa, se animaran a hacerlo y probar sin necesidad de tener un colchón financiero excesivamente grande y excesivamente difícil de conseguir.
 
Se podría establecer un procedimiento por el que se controle que no se haga un uso indebido de este sistema mediante el encadenamiento de periodos “bonificados” con el simple hecho de cambiar la razón social del negocio. Aunque en estos casos el primero que saldría perdiendo es el propio autónomo porque su cotización sería mínima y no le daría más que unos derechos precarios.
 
Pongamos también un control para evitar que los autónomos que ahora mismo están pagando la cuota normal puedan pasarse a la superreducida, y con ello la recaudación de la Seguridad Social se vea mermada por una acción “irregular”.
Pasados esos dos años el empresario podría haber tenido tiempo para que su proyecto haya tenido éxito y pase a pagar la cuota normal, ya que el espíritu de la medida es ayudar sólo en esa fase inicial.
 
En el hipotético caso de que hubiera en ese país imaginario álguien con un mínimo criterio para promover medidas creativas que ayudaran al desarrollo de nuevos negocios ¿estaría cometiendo un grave error si pusiera en marcha una actuación así?

sábado, 3 de noviembre de 2012

NO BUSQUES SER EL MEJOR, SINO DIFERENTE



















Muchas empresas tratan únicamente de ser las mejores en su sector y éste no es el camino más adecuado para el éxito de una compañía, ya que los mercados son muy competitivos y cualquier movimiento de la competencia puede ser fatal. La competencia existirá siempre, pero se puede reducir a niveles prácticamente irrelevantes a través de las estrategias de diferenciación.

En los mercados altamente competitivos, el poder lo tiene el cliente y las empresas que sobresalen son aquéllas que tienen, principalmente, un mejor precio o una marca más fuerte. No obstante, si la competencia consigue sacar un precio más competitivo o la imagen de marca se descuida, entonces la empresa en cuestión puede perder una buena parte de sus clientes.

¿Qué es ser diferente? En ocasiones, cuando les preguntas a algunos empresarios qué hace su negocio diferente del de la competencia, te contestan con lo siguiente: “mi precio”, “mi calidad en el servicio”, etc. Esto demuestra que no entienden el concepto de la diferenciación. Ser diferente te hace tener algo en tu negocio que sea percibido como único en tu sector y, por tanto, la competencia es irrelevante (concepto relacionado con “la creación de un océano azul”). Hay muchos casos de empresas que han sabido resegmentar su mercado, como, por ejemplo, Apple, el Circo del Sol, Starbucks, etc. Asimismo, este concepto también se puede trasladar a la marca personal de cada uno.

Uno de los grandes fallos que veo en los procesos de innovación es que no se tiene en cuenta al cliente en todo el proceso del mismo (ni al principio ni al final del mismo). La innovación no es más que “la tradición transformada” y, por tanto, no es sólo inventar cosas, sino también mejorar lo existente (aunque sea mínimamente). Por ello, hay que tener una clara orientación al cliente y buscar cuáles son sus gustos, deseos y necesidades (incluso aunque no los sepan y los intuyamos). La creatividad es una actitud y, por tanto, está al alcance de todos los que se esfuercen.

En definitiva, la mejor estrategia es ganar sin competir. Por ello, no dejes nunca de innovar, de pensar en cómo mejorar todos los puntos de tu negocio, ya que “si te quedas, te atrasan” los de tu competencia (genial expresión de la campaña publicitaria de Sprite). Adáptate también a las necesidades de tu entorno (sobre todo, en el ámbito digital), ya que los pequeños detalles pueden marcar grandes diferencias. Tal y como decía Guy Kawasaki, “al final, o eres diferente o eres barato”.



ES MUCHO PEOR NO TENER IDEAS QUE NO TENER DINERO










 Entrevista a: Mónica Mainero 

¿Y si se aplicaran criterios del marketing a la gastronomía? ¿Y si los postulados de la economía creativa se plasmaran de forma espontánea en la alta cocina española? Aunque parezca extraño, todo esto y mucho más sucede en las mejores cocinas de España. La fascinante aventura de treinta y pico de los mejores cocineros de nuestro país la plasma la periodista y economista Marta Fernández Guadaño en su interesante libro “Reinventores”. Redactora del diario económico Expansión durante ocho años y jefa de sección durante seis más, un buen día se lió la manta a la cabeza y decidió dejarlo todo por el periodismo gastronómico visto desde un prisma económico. Con este libro, Fernández Guadaño ha dado una  nueva vuelta de tuerca a lagastroeconomía, dando una perspectiva de management a unos negocios muy serios que venden felicidad y que hoy en día son de los pocos que aguantan el buen nombre de España. ‘Reinventores’ está prologado por Ferrán Adrià, también uno de los protagonistas del libro.
Con ‘Reinventores’ se desmarca de la gastronomía al uso y muestra la faceta de gestores de sus protagonistas. ¿Cómo comenzó a gestarse esta idea en su cabeza?
Este libro es el resultado de más de siete años de trabajo acumulado. Dada mi experiencia en economía siempre tuve la idea de escribir algo que ahondara en la vertiente de gestión en los restaurantes. Llevaba un tiempo recopilando datos de editoriales a las que creía podía interesar. Gracias a mi trabajo en Expansión, y posteriormente en Gastroeconomy, la división demanagement de Random House contactó conmigo.
La editorial no quería un libro de gastronomía, entonces.
No, para nada. Ellos querían, basándose en un campo de éxito como es la cocina española, editar un libro de gestión que pudiera aplicarse a otros campos. Así nació ‘Reinventores’. Piensa que el libro no se encuentra en las secciones de gastronomía, su sitio está en gestión empresarial.
Por ello habla de los siete años de trabajo.
Sí, aunque todos los datos están actualizado a la fecha actual.
Ha contado con los más  grandes cocineros de España. ¿Ha visitado todos alguna vez?
El 95%, sí. En el caso de Íñigo Lavado, de Singular Food, en Irún, todavía no he llegado a ir pero conozco su trabajo y le conozco a él. Algunos, como Casa Gerardo, en Asturias, los he conocido de pequeña, yendo con mi familia.
‘Reinventores’ tiene ocho capítulos que se articulan en torno a conceptos como la creatividad, los negocios familiares, el equipo o la pasarela pret-à-porter. Dentro de cada de uno de ellos, clasifica a sus treinta y pico protagonistas. ¿Cómo surge esta original forma de situarlos?
Yo tenía la idea de dedicar un capítulo a cada cocinero, recogiendo la experiencia de unos quince nombres. Pero la editorial propuso que los clasificara en torno a una idea fuerza. De ahí surgió la clasificación.
¿No le resultó difícil?
Sí, mucho. La mayoría de ellos podían situarse en varios conceptos a la vez. La verdad es que incluso ahora, releo el libro y pienso “Humm, esto podría haberlo puesto en tal sitio en lugar de tal otro”.
¿’Reinventores’ es un libro para personas del mundo de la gastronomía?
No negaré que puede ser muy útil a personas relacionadas con el sector. A muchos cocineros les puede servir conocer la experiencia en gestión de algunos de sus compañeros de profesión. Pero este es un libro de management, y las experiencias y situaciones que en él se plasman pueden resultar de gran interés a muchos empresarios, a muchas pymes y a muchas micropymes de una gran diversidad de sectores.
¿No se es nadie en el mundo gastronómico español si usted no lo menciona en ‘Reinventores’?
¡Claro que sí! De hecho, yo pienso que este libro es un punto de partida. Hay muchas más experiencias que merecen ser narradas. Por ahora he contado lo que conozco, pero espero conocer en el futuro mucho más.
Leyendo las experiencias que recoge, no puedo evitar pensar que muchos cocineros aplican la economía creativa a la gestión de sus  negocios.
No lo había pensado como tal, pero sí, tienes razón. En su caso, en lugar de aplicarla a una ciudad o un territorio, la aplican a la gestión de sus negocios gastronómicos.
¿Es la gastronomía española un valor a tener en cuenta?
Por supuesto que sí. En los momentos actuales, la imagen de España está bastante denostada. No así su gastronomía. Hay un largo camino que recorrer pero es un valor muy positivo que puede ayudar a recuperar el buen nombre de la marca España.
De todas las experiencias que narra, ¿con cuáles se quedaría como ejemplo de buena gestión del talento y la creatividad que haya servido para rentabilizar una apuesta gastronómica?
Curiosamente con la experiencia de dos cocineros que dicen, de sí mismos, ser muy malos empresarios: Dani García y Quique Dacosta. Tienen diferentes visiones de negocio, y formas de ser muy diferentes, aunque ambos  han asumido en plena crisis nuevos retos.
¿Qué recomendaría a un emprendedor en los tiempos que corren?
Apostar por la especialización pienso que es una vía para destacar en el mercado. Ser singular vale en cualquier sector o profesión. Puede parecer que estás como una cabra, que tu modelo es la antiempresa, pero si aciertas, tienes el éxito asegurado.
¿Y si se arruina?
Solo le digo una cosa. Hay algo mucho peor que no tener dinero.
¿Y qué es?
No tener ideas.
“Reinventores. Descubra creatividad y nuevos modelos de negocio con los mejores cocineros”.


10 Puntos Claves a tener en cuenta, antes de abrir tu tienda

















www.aesec.es
Investiga nichos de mercado. No en todas las ciudades tienen cabida todas las iniciativas comerciales, por brillantes que puedan parecer. La investigación de mercado realizada con profundidad y de forma realista es fundamental para determinar qué negocio puede ser más interesante y sus perspectivas de éxito. Hay que desconfiar de las recomendaciones de amigos y familiares, del tipo “pues no hay tiendas de este tema y seguro que sería un éxito”, pues no deja de ser su opinión al respecto y lo que ahora necesitamos son datos objetivos y reales que permitan esclarecer qué oportunidad de negocio es mejor.

Es importante tener experiencia. Si nunca has trabajado antes en un comercio una buena forma de empezar a pensar en tu propio negocio es trabajar en una tienda. Aprenderás los entresijos de la gestión comercial, observarás buenas y mejorables prácticas que te servirán para decidir el enfoque que deseas darle a tu tienda. Y sobre todo descubrirás si una tienda es un negocio apropiado para ti o no; conozco algunos casos de emprendedores comerciantes que se han llevado las manos a la cabeza al ver la realidad del comercio: horarios, fines de semana, bajos márgenes, competencia desmesurada por todas partes, dificultades para relacionarse con clientes, falta de cierto instinto comercial.

Localiza un buen punto. ¿Dónde abrirás? ¿Mejor un local caro y bien situado o uno más barato en una calle poco comercial?, ¿por dónde pasa el cliente con perfil objetivo? Muchas veces se escoge el local según lo que se pueda pagar y dice el presupuesto, pero la reflexión debería ser: ¿Cuánto venderé si el local está aquí? Hay que ver más allá del coste, hay que ver la oportunidad de negocio que presenta uno u otro local.

Piensa que la tienda es para tus clientes. A ti te encantaría tener una tienda especializada en buques de guerra a escala, al igual que yo quería poner una de cine, ¿pero hay potenciales clientes para poder vivir de eso? Y cuidado al hacer las cuentas de lo que se va a vender, el papel lo aguanta todo, incluso las previsiones de venta hechas más con el corazón y la ilusión que con la razón.

Escribe tus objetivos en papel, no te distraigas. Es fácil distraerse con el logotipo, el nombre o el aspecto que puede tener la web, pero lo importante consiste en encontrar la mejor ubicación posible y establecer una buena política comercial: Qué voy a vender, cómo lo voy a vender y a quién le voy a vender. Pese a parecer básico es sorprendente cómo la gran mayoría de comercios abre sin ser capaces de responder a estas preguntas con exactitud y rigurosidad. Y no sólo pequeños comercios, sino grandes cadenas y operadores que llegan a pensar que todas las plazas son iguales “y vendemos porque somos conocidos”… Y después cuando no se vende se descubre que no.

Especialízate se el mejor. Si al final la tienda es sobre tu temática preferida seguramente ya seas un auténtico especialista. Pero si has hecho caso de una investigación de mercado y la especialidad de la tienda es ajeno a tus conocimientos… Primero, tienes que hacerte experto en el tema a marchas forzadas. Segundo, el personal que tengas que contratar que sea especialista y de quienes puedas aprender.
  
El plan de negocio debe ser al detalle. Un plan de negocio generalista puede tener muchos huecos que en una tienda son importantes, desde la selección del surtido y su profundidad a la política comercial o al plan de apertura de tienda. No sirve decir voy a vender camisetas de baloncesto o haré una fiesta de presentación, sino que hay que llegar al detalle.

Marketing y comunicación Social Media. Busca ayuda profesional o formación adecuada para hacerlo tu mismo, pero tu presencia en redes sociales es fundamental y más que nunca en el arranque de tu negocio. Recordemos que la gestión de un perfil personal no se hace con la misma idea que uno empresarial. Hacer las cosas bien desde el principio será muy útil a medio y largo plazo.

Comercio electrónico. Nacerá al mismo tiempo que la tienda física. En realidad no es tan difícil, ya que tienda online y física comparten stock, proveedores y organización comercial, etc. Pero si que hay que hacer una fuerte inversión en la plataforma de ecommerce. Al igual que la tienda física, si no tiene bues aspecto nadie querrá comprar en ella e igualmente hay que hacerle la publicidad adecuada. Potenciar el comercio online sin duda es un gran oportunidad.

¿Tienda online? “Yo sólo voy a poner una tienda online, que es más fácil y barato” No es que sea más fácil, es que es distinto. No hay lineales ni escaparates, pero si una infraestructura profesional, un stock que almacenar en alguna parte, una web y una dedicación tan importante como en una tienda física. ¿Barato? No hay alquiler ni reformas, pero un comercio electrónico no es gratis, o dicho de otra forma, si lo quieres bueno y profesional te costará un buen dinero. Además hay que invertir en publicidad y medios sociales.

viernes, 2 de noviembre de 2012

No debe despreciar nunca el valor del tiempo



Con el paso de los años nos damos cuenta de que el activo más importante del que disponemos las personas es el tiempo, un bien que es escaso y que no siempre se respeta como se merece. Con ello, me refiero a los retrasos ‘socialmente bien vistos’ (en el caso de la gran mayoría de los países latinos y mediterráneos), a las innumerables reuniones ‘sin sentido’ o con aprovechamiento deficiente que tenemos a lo largo del año, y también cuando se nos cita para plantearnos una propuesta de negocio, que no ha sido preparada, y en la que ni la persona que nos convoca se ha preocupado mínimamente de cuáles son nuestras inquietudes y preferencias.

Como pueden comprobar, situaciones como las que se plantean en el párrafo anterior comportan una carta de presentación muy deficiente, que pueden acabar con nuestras ganas de colaborar en el asunto que se despache, e incluso, cerrar nuestras puertas a futuras propuestas que pudieran resultar interesantes.

Por tanto, cuando necesitamos cooperar o negociar con un tercero un asunto determinado, tenemos que cuidar mucho este aspecto, diseñando nuestros planes como si el tiempo de esta persona valiese mucho más que el nuestro. Solo así, el otro interlocutor sentirá que le prestamos la atención adecuada, y que la negociación no es fruto del azar ni tampoco algo rutinario.

Este aspecto, al igual que otros como el cuido del canal de comunicación, la organización o la estrategia que adoptemos a la hora de negociar, entre otros, marca la diferencia a la hora de negociar un contrato o un acuerdo. Sobre todo cuando las alternativas entre las que elegir son razonablemente parecidas y no existen diferencias sustanciales en el fondo, he aquí dónde entran en juego estos detalles, que muchas veces logran ser decisivos.