Una de las quejas tradicionales de los
autónomos y las pequeñas empresas en España y, por extensión, de todos los que
pensamos que las empresas tienen un papel protagonista en la salida de la
crisis, es la excesiva burocracia administrativa necesaria para poner en
marcha una empresa.
Pequeña infografía creada por la revista
Capital, en la que se pone de manifiesto cuál es la facilidad de emprender
un negocio en comparación con alguno de los países más importantes de
nuestro entorno.
Aun cuando el número de trámites
necesarios para poner en marcha una empresa en España es muy similar al de
Francia, no ocurre así con el número de días necesarios para comenzar un
negocio. Mientras en Singapur son necesarios tres días, en Dinamarca seis o en
Francia siete, en España, la apertura de un negocio puede demorarse hasta
los 28 días.
Es decir, tener una empresa plenamente
operativa supone 4 veces más de tiempo en España que en Francia. Unas
cifras que, sin duda, suponen un lastre para los nuevos emprendedores y que nos
sitúan en una posición más desfavorable con el resto de países de nuestro
entorno.
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